Ylana Yaari, Raíces suspendidas
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Overview
Todas las lenguas, todos lo murmullos, sólo una forma vicaria de preservar durante un tiempo azaroso
nuestra identidad. (Roberto Bolaño, Los detectives Salvajes.)
El gesto contiene todas las formas de arte que significamos al día de hoy, al discursar bajo una
inespecífica condición filosófica. Toda obra, inicialmente, nace como gesto, para asentarse luego
en nuestra intelección cultural. El trabajo de Ylana Yaari (Brasil, 1999), se presenta, antes que
nada, como un gesto de admiración asumiendo el hecho estético como un homenaje y una declaración.
De una parte, rinde culto al movimiento antropográfico brasileño, en especial a Tarsila
do Amaral y su búsqueda de una expresión más auténtica y genuinamente brasileña, frente al canon
de la vanguardia pictórica precedente; de otra parte, recupera el potencial simbólico en un
cruce y montaje de sentidos desde donde aflora una obra con inequívocos sesgos antropológicos,
con una perspectiva íntima, donde la materia como discurso simbólico sobre la identidad se
sitúa en el centro de su obra.
Su nombre, que proviene del hebreo, se traduce como “la raíz de mi bosque”, de ahí el título de
la muestra. Ylana realiza una inmersión ex profesa en sus referentes que podríamos entender
como una suerte de pesquisa ontológica. Husmea en el poder de los símbolos, de la palabra, y
de los rituales en la búsqueda afanosa de su propia redefinición como sujeto. Es así que el significado
de sus piezas (pinturas, esculturas y textiles), se configura como resultado de yuxtaposiciones/
superposiciones de formas capaces de remitir a cuestiones y visiones cognitivas acerca de la
identidad, de lo propio frente a lo ajeno, del individuo ante el colectivo, del mirar y ser mirado,
de completarse al entrar en un diálogo con el otro que se enfrenta a su obra.
Sus obras en general, pero sobre todo las esculturas, más allá de la teatralidad de su puesta en
escena y materiales (creadas a partir de elementos reciclados y suspendidas de un hilo de algodón),
es un reclamo frente a los temas urgentes de la agenda cultural contemporánea y los problemas
esenciales que se derivan de los conflictos medioambientales. Estas raíces suspendidas
surgen en la reflexión. Es un cuerpo raíz que se sostiene sin fundamento. Sin embargo, gira, interactúa
y está presente frente al espectador.
nuestra identidad. (Roberto Bolaño, Los detectives Salvajes.)
El gesto contiene todas las formas de arte que significamos al día de hoy, al discursar bajo una
inespecífica condición filosófica. Toda obra, inicialmente, nace como gesto, para asentarse luego
en nuestra intelección cultural. El trabajo de Ylana Yaari (Brasil, 1999), se presenta, antes que
nada, como un gesto de admiración asumiendo el hecho estético como un homenaje y una declaración.
De una parte, rinde culto al movimiento antropográfico brasileño, en especial a Tarsila
do Amaral y su búsqueda de una expresión más auténtica y genuinamente brasileña, frente al canon
de la vanguardia pictórica precedente; de otra parte, recupera el potencial simbólico en un
cruce y montaje de sentidos desde donde aflora una obra con inequívocos sesgos antropológicos,
con una perspectiva íntima, donde la materia como discurso simbólico sobre la identidad se
sitúa en el centro de su obra.
Su nombre, que proviene del hebreo, se traduce como “la raíz de mi bosque”, de ahí el título de
la muestra. Ylana realiza una inmersión ex profesa en sus referentes que podríamos entender
como una suerte de pesquisa ontológica. Husmea en el poder de los símbolos, de la palabra, y
de los rituales en la búsqueda afanosa de su propia redefinición como sujeto. Es así que el significado
de sus piezas (pinturas, esculturas y textiles), se configura como resultado de yuxtaposiciones/
superposiciones de formas capaces de remitir a cuestiones y visiones cognitivas acerca de la
identidad, de lo propio frente a lo ajeno, del individuo ante el colectivo, del mirar y ser mirado,
de completarse al entrar en un diálogo con el otro que se enfrenta a su obra.
Sus obras en general, pero sobre todo las esculturas, más allá de la teatralidad de su puesta en
escena y materiales (creadas a partir de elementos reciclados y suspendidas de un hilo de algodón),
es un reclamo frente a los temas urgentes de la agenda cultural contemporánea y los problemas
esenciales que se derivan de los conflictos medioambientales. Estas raíces suspendidas
surgen en la reflexión. Es un cuerpo raíz que se sostiene sin fundamento. Sin embargo, gira, interactúa
y está presente frente al espectador.