Soto, la
CAYÓN
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Overview
Coincidiendo con Apertura 2024, Cayón presenta una nueva exposición de Soto (1923-2005) en sus dos espacios madrileños (Blanca de Navarra, 7 y 9). Este proyecto tiene una continuidad conceptual con el celebrado en su espacio menorquín. Las muestras de Menorca y Madrid, compuestas por 75 obras, se complementan, permitiendo conocer la obra de este artista que transformó la manera de ver y, sobre todo, de experimentar la obra de arte.
La exposición, titulada "La T", es la quinta del artista en la galería y se centra en 14 obras distribuidas en ambos espacios. Estas piezas destacan por la incorporación de finos elementos metálicos en forma de T, consideradas las más vibrantes, sutiles y etéreas del artista, proyectando la idea de Soto en torno a la luz y la vibración de los elementos; planteamientos formales que le vienen, fundamentalmente, de su admiración por los impresionistas a los que siempre vio como los padres del arte moderno.
Jesús Rafael Soto (Venezuela, 1923 – Francia, 2005) es considerado como uno de los artistas más importantes del siglo XX y uno de los principales representantes del arte cinético. En el París de los años 50 comienza a centrarse en la reflexión en torno al espacio tridimensional, creando una obra que provoca en el espectador la percepción del movimiento y desafía la percepción estática.
La exposición, titulada "La T", es la quinta del artista en la galería y se centra en 14 obras distribuidas en ambos espacios. Estas piezas destacan por la incorporación de finos elementos metálicos en forma de T, consideradas las más vibrantes, sutiles y etéreas del artista, proyectando la idea de Soto en torno a la luz y la vibración de los elementos; planteamientos formales que le vienen, fundamentalmente, de su admiración por los impresionistas a los que siempre vio como los padres del arte moderno.
Jesús Rafael Soto (Venezuela, 1923 – Francia, 2005) es considerado como uno de los artistas más importantes del siglo XX y uno de los principales representantes del arte cinético. En el París de los años 50 comienza a centrarse en la reflexión en torno al espacio tridimensional, creando una obra que provoca en el espectador la percepción del movimiento y desafía la percepción estática.